Cosas enanas.

Porque lo más simple puede ser lo más característico.

PD: El premio lo haré mañana, que hoy ya no tengo tiempo

Adicción.

Que no te defruade.

Verde y blanco.

Sopla y haz que vuele.

Ser o seres

Nunca sabrás lo que se encuentra bajo el mar...

...y no está la sirenita.

Summer.

No me lo creo. Es que es imposible. Estoy tranquila, sin estrés, aburrida en mi casa, tumbada en el sofá, viendo la televisión pero sin darme cuenta de lo que estoy mirando. Ya no hay estudios, no hay deberes, no hay apuntes que estudiar, no hay trabajos que preparar y terminar antes de la fecha puesta. VEEEEEEEEEEEE-RAAAAAAAAAAAAA-NOOOOOOOOOOOOO.
Tres simples sílabas, pero que cada una alegra el día a uno.

¡Uau! Pronto vendrá el bronceado, los viajes fantásticos, el agua azul turquesa del mar...

Porque pase lo que pase, siempre llega lo bueno.

La cálida noche

Pasé una por una las fotos guardadas en mi ordenador. Tenía miles de cosas que hacer, pero no me apetecía nada en ese momento, solo ver su cara otra vez. Cada foto que veía era un momento único al lado de ella: el parque, la playa, el cine, la biblioteca, su habitación... En todas las imágenes aparecía su sonrisa, sus ojos, su pelo, su cuerpo... También mostraban nuestros abrazos, nuestras caricias, nuestros besos...

Suspiré por cada foto que veía. Quería llamarla, oír de nuevo su vos, escuchar los "te quiero" que tanto me gustaban... Apagué el ordenador y me tumbé boca arriba en mi cama. Cogí el teléfono móvil de la mesita de noche y marqué su número. Sonaron tres pitidos y una voz suave, melódica y preciosa respondió:

-¿Sí?

-Hola Soph, ¿molesto llamando a estas horas?

-Claro que no. De todos modos quería escuchar tu voz.

-Yo necesito tu voz. Te echo mucho de menos.

-Y yo a ti, Albert. Quiero verte ¿Puedo ir a tu casa ahora?

-Claro, estaremos solos. Mis padres han salido.

-Voy para allá. Espérame despierto. Te quiero - y colgó.
Sonreí y me levanté de la cama. Me dirigí al salón para esperarle. Después de diez minutos, el sonido de la puerta me puso nervioso. La abrí sin mirar por la mirilla y me encontré con la perfección echa persona.
Sophie sonrío y abrió los brazos. Yo, en respuesta me acerqué y nos fundimos en un cálido abrazo. Luego la besé con ganas, como si necesitara sus labios. Ella, me siguió el beso con ansia, sin despegar sus finas manos de mi cuello. Me separé un poco y le susurré cerca del oído:

-Mi droga perfecta.

¿Qué hago?

Estoy agobiada. Me siento impotente. No sé. Hacer como si nada hubiera ocurrido, pero yo sé muy bien que eso no es cierto, porque de una manera u otra ha pasado... Esta situación me cansa... No puedo más.

Kiss me

Bésame, bésame mucho.
Como si fuera la última vez.

Como cambia el tiempo, ¿eh?

9 de junio, finales de primavera, aunque se podría decir que ya estamos en verano.
Fuera, en la calle llueve a cántaros y el ruido del agua cayendo de las nubes me relaja y me hace respirar hondo por la ventana, para oler el suave aroma de tierra mojada.
'El tiempo está loco'. Pensé hace unos cinco minutos. Me senté en mi silla azul y me puse a estudiar mis exámenes para el día siguiente. De vez en cuando, mi hermana pasaba por delante de mi habitación con algo en las manos.
Yo, pensaba en Albert, en el día de ayer... Un día soleado y precioso. Los dos en un árbol...
Suspiré y empecé a memorizar cada palabra.

Te amaré, aunque sea por siempre.

Lágrimas derramadas.

Lágrimas derochadas.

No cuesta tanto pensar un poco, pero me era imposible en esos momentos. Ya todo daba igual, pasara lo que pasara, él no estaría y yo me quedaré sin respiración, sin corazón... Sin nadie a quien amar.

Estaré sola.

Lucha y no te rindas.

No voy a caer por tu culpa.
No caeré en tus trampas.
No pararé mi ejército...

Porque somos invencibles.