
Al principio, todo es muy lento, pausado, cansado... Pero cuando llega el momento más inesperado, floreció un beso de tus labios. Cada día, nuestra relación se hacía de un color más intenso, hasta que un domingo por la tarde discutimos, y nuestra rosa se fue apagando cada vez más... Hasta que se desvaneció en el mismo lugar donde nació.