
-¿Solo uno?- Me dijo Albert, solo un con un poco de toque serio en su mirada.
-Sí, solo quiero uno. -se acercó a mi cara y me beso despacio y con pasión. Luego, se apartó de mi y le miré fijamente a los ojos- Bueno, cambio de idea -enredé mis dedos en su pelo y nos sumergimos entre las sábanas, sin dar marcha atrás, llegando hasta el final.